En realidad se trataba de un conjunto deformas conocidas como leyes sálicas. Fueron una serie de reglamentos promulgadas a principios del siglo V por el rey Clodovedo I. Deben su nombre a la tribu de los francos salios.
Fueron la base de la legislación de los reyes francos hasta que en el siglo XII este reino desapareció, y con él sus leyes. Dicho código regía los asuntos de herencia, crímenes, lesiones o robo, y fue elemento aglutinador en un reino como el franco, compuesto por varios grupos y etnias.
Una parte muy concreta de este código que sobrevivió en la historia europea durante varios siglos establecía la prohibición de una mujer heredara el trono de Francia, y fue aprobada en 1317.
La ley sálica hoy especifica que solamente los varones de sangre real pueden aspirar a ocupar el trono; prefiere al hermano varón, aunque sea menor, frente a la mujer en esta sucesión, es decir, excluye al sexo femenino del gobierno de un Estado.