Las primeras monedas –pequeños lingotes en forma de alubia- aparecieron en Turquía en 700 a.C., pero al ser de metal presentaban el problema que podían ser recortadas y limadas, por lo que su valor no estaba delimitado. En el siglo XI el emperador mongol Kublai Khan (1216-1294) comenzó a pagar a sus soldados con monedas de papel, que se obligaba a ser aceptado en los lugares conquistados. Cuando se perfeccionaron las técnicas de acuñación en Europa en el siglo XVII, las monedas ya tenían su valor en realce grabado y el primer papel moneda se emitió en Estocolmo en 1661.
Más vale un recadito en el más pequeño papel, que la mejor de las memorias.
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